martes, 21 de diciembre de 2010

Shortbus (2006)






















Director John Cameron Mitchell
Guión John Cameron Mitchell
Música Yo la tengo, Scott Mathew, Animal Collective, Azure Ray 
Reparto Sook-Yin Lee, Paul Dawson, Lindsay Beamish, Pj Deboy
País Estados Unidos

En la cultura popular, el estado de Texas es conocido por ser una de las cunas del country y la música tradicional americana, asociada en numerosas ocasiones a los valores más profundos y antiguos de EEUU. Un conservadurismo que generalmente se atribuye a sus habitantes, viniendo a la mente el tópico del vaquero en típico rancho, en su típico porchecito de madera, meciéndose en su típica mecedora, con su típico banjo y su típica escopeta a la mano, mascando tabaco y dispuesto a fulminar a cualquiera que invada su propiedad sin pensarlo dos veces. Pero esto, como es evidente, no sucede con todos los tejanos. Raramente y muy de vez en cuando en la historia surgen de este estado tradicional algunos creadores geniales que se revelan de pleno contra las normas opresivas de la sociedad circundante, desde el cantautor folk contracultura Phil Ochs, al director de la película que nos abarca: John Cameron Mitchell.

Tras su primer éxito Hedwing and the Angry Inch se propone hacer una película en la que aparezca sexo real, pero que trate, según sus palabras, una película sobre la sexualidad de las personas y su influencia en la vida diaria.
El movimiento Radical Faeries, del cual Mitchel es militante, busca la verdadera identidad sexual del hombre rechazando la hetero-imitación, o imitación de los roles que suelen darse en parejas heterosexuales. Una sexualidad al margen de cualquier tipo de rol anterior, regida por la espiritualidad, es la que se nos muestra en la cinta, que trata de dar una visión unificadora del placer sin clase alguna de rechazo, seas como seas, porque eso que tienes entre las piernas está pa disfrutá mi arma. Zas. Zas. 


Tras lanzar un anuncio por internet con una escueta definición de sus propósitos, pide a los candidatos que se graben y tras sucesivas cribas selecciona a un grupo con el que se reunirá periódicamente a lo largo de los 3 años siguiente. A través de unos talleres de interpretación, los actores crean sus personajes y entre todos escriben un guión, puesto que la idea era esa, al que Mitchel dará los últimos retoques previos al rodaje.
Shortbus retrata la vida y problemas de un grupo de neoyorkinos de clase media, utilizando el sexo (ya sean vertientes sadomasoquistas, gays o heterosexuales) como elemento catalizador y de unión entre sus historias, que acaban confluyendo en un misterioso y mágico lugar, el shortbus, donde todas las perversiones tienen cabida. Con una primera secuencia absolutamente trepidante en la que se nos deja muy claro lo que se despacha sin tapujos (véase la escena de la autofelación, eyaculación en propia boca y llanto reprimido, todo junto, mezclado pero no agitado, o escena sadomasoquista y eyaculación dispersiva sobre cuadro abstracto). Al principio pensaba que se trataba de otra de esas comedias de yupies de m***** pijos reprimidos insatisfechos sexuales en nueva york, y ciertamente, pero ¡no!. A medida que la historia fue evolucionando uno se da cuenta de que son más humanos que un cacho de pan mojado en chele, llegándome a ver seriamente reflejado en sus debilidades e ineptitudes para afrontar los problemas a los que se enfrentan. En fin, me pareció una cinta magnífica, bien dirigida con un estilo genial, innovador en cuanto a las escenas que discurren en una semiimprovisación, donde lo que no interesa se corta y punto, sin más problema. Rebosa de espontaneidad y naturalidad en la interpretación por este tipo de cosas. Una producción con pocos recursos excelentemente administrados, sobretodo muy divertida y lo que es más importante: cinematográficamente hablando: por fin empezamos a filmar sexo real sin ser porno en las películas, por fin empezamos a tratar el tema del sexo sin tapujos , a romper con el maldito puritanismo contemporáneo absurdo americanodeclasealta que se empeña en mantener el monopolio de la moral del cine mundial, que ya estoy harto de tener que masturbarme con historias sin argumento!. Gracias John Cameron Mitchell.

P.D.: Alomejor es por eso que fueron llevados a Cannes.
P.D.2.: El que despidieran a Sook-Yin Lee, la china protagonista, de su puesto como prestigiosa locutora de radio canadiense mereció sin duda la pena, toda una contribución al cine.

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